Preguntas y Respuestas
Miscelánea
La verdad sobre el libro “Las leyes espirituales” de Vicent Guillem
Versión: 12-12-12
Carlos Aracil Orts
1. Introducción*
Estimado Sr. Guillem, al terminar de leer detenida y reflexivamente el libro “Las leyes espirituales” del que es usted autor, me he sentido impulsado a escribirle esta carta abierta a fin de publicarla en Internet, en mi web www.amistadencristo.com, para que pueda ser leída por todo el que lo desee. Sin embargo, debo dejar claro, desde el primer momento que no me mueve ningún ánimo de polemizar, sino solo poner en evidencia, desde mi punto de vista, que mucho de lo que ha escrito usted en su libro contradice seriamente algunas grandes verdades o doctrinas esenciales contenidas en la Biblia. Por tanto, Intentaré, pues, que solo la Sagrada Escritura sea la que juzgue el contenido de su obra.
Encontré su libro, digamos, por “casualidad”, aunque sé que nada ocurre por azar sino que todo tiene una razón de ser, y como cristiano independiente, –es decir, creyente en Cristo, pero no adscrito o vinculado a ninguna organización o denominación religiosa– creo que todo lo que sucede está previsto por Dios y bajo su control.
Por el título de su libro supe enseguida que iba a interesarme, porque me atraen los temas espirituales. Por eso, cuando en la introducción del mismo expone las grandes y profundas preguntas existenciales, que siempre se había hecho, como por ejemplo, cuál era el propósito de su vida y la de los demás, me sentí muy identificado con usted, pues muchas de ellas, también se las había hecho, este humilde servidor suyo, el que le escribe. En algún momento de mi vida, también me hicieron reflexionar, pero, a diferencia de su caso, fueron contestadas por la Santa Biblia. Por ser estas grandes cuestiones que cita tan importantes en la vida de todo ser humano, que a todos nos conciernen, decido transcribirlas a continuación:
“¿Quién soy yo? ¿Por  qué existo? ¿Por qué existen los demás? ¿Qué hacemos aquí? ¿Hemos venido hacer  algo en particular? ¿Por qué nacemos, por qué nos morimos? ¿De dónde venimos,  adonde vamos? ¿Hay algo después de la muerte?  
  ¿Por  qué la vida es tan injusta? ¿Por qué hay niños que desde su nacimiento, que en  su vida [no] han hecho daño a nadie, sufren tan atrozmente, por hambre, guerra,  miseria, enfermedades, abusos, malos tratos, porque no los quiere nadie,  mientras otros nacen sanos, en un entorno feliz y son amados? ¿Y por qué unas  personas enferman y otras no? ¿Por qué unas personas viven mucho tiempo y otras  mueren casi al nacer? ¿Por qué existe el sufrimiento, la maldad? ¿Por qué hay  gente buena y gente mala, gente feliz y gente desgraciada? ¿Por qué he nacido  en esta familia y no en otra? ¿Por qué me pasan estas desgracias a mí y no a  otra persona? ¿Por qué le pasa tal otra desgracia a otra persona y no a mí? ¿De  qué depende todo eso? Otras veces eran preguntas respecto a los sentimientos.  ¿Por qué no soy feliz? ¿Por qué quiero ser feliz? ¿Cómo puedo ser feliz?  ¿Encontraré un amor que me haga feliz? ¿Qué es el amor, qué son los  sentimientos? ¿Qué es lo que yo siento? ¿Merece la pena amar? ¿Sufrimos más  cuando amamos o cuando no amamos?”
  (Del libro “Las leyes espirituales” de Vicent Guillem,  pág. 5)
Sin embargo, desde el primer momento, con toda sinceridad y franqueza, debo decirle que no puedo compartir muchas de las respuestas a estas preguntas que usted da, de forma muy original, como procedentes de un ser espiritual muy elevado, al que llama “Isaías”, que supuestamente vive en un mundo o estado de evolución espiritual más avanzado. No obstante, reconozco que las preguntas que usted le plantea a ese misterioso “espíritu” son muy inteligentes e interesantes, y dan lugar a un diálogo profundo y vivo. Usted, deja abierto al lector que decida si cree que, el personaje de “Isaías”, su interlocutor y protagonista del libro, es real y existe de verdad, o por el contrario se trata solo de un recurso literario.
En el cuerpo de este artículo, que sigue a continuación, mi propósito esencial consistirá en discernir, si las respuestas de su personaje, están en consonancia con lo que toda la cristiandad ha entendido por Revelación Divina, o por el contrario, se oponen a ella. Si se prueba esto último significará que muchas respuestas de “Isaías”, el protagonista de su libro, serán falsas. Es decir, no podrán provenir de Dios, pues Él no puede mentir, ni contradecirse a sí mismo. Por lo que en ese caso deberé inferir que su personaje pertenece a las tinieblas de este mundo, y tendrá que ver con “el príncipe de este mundo” (Juan 12:31), “padre de mentira” (Juan 8:44), o alguno de sus acólitos, los ángeles caídos o demonios, de los que luego hablaré con más detalle. Estos expresivos y significativos títulos fueron adjudicados por Jesucristo al diablo en los siguientes textos que cito en su integridad a continuación:
Juan 8:44: Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
Juan 12:31: Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Aunque desde otra perspectiva, también concuerdo con algunas afirmaciones que presenta en su libro. Como por ejemplo, coincido con usted en que el objetivo de la vida de todo ser humano debería consistir en desprenderse de su egoísmo y llegar a amar de forma auténtica e incondicional a sus hermanos, pues así tendríamos que considerarnos, para alcanzar la única felicidad que se puede tener en este mundo. Pues el amor es el carácter de Dios sobre el que se fundamenta el gobierno de todas las criaturas del Universo entero. “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor […] Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Él, y él en Dios” (1ª Juan 4:8,16). Jesucristo también enfatizó que el amor es esencial para la vida, cuando afirmó lo siguiente:
Mateo 22:37-40: Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. (38) Este es el primero y grande mandamiento. (39) Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (40) De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Juan 13:34-35: Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. (35) En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
San Pablo incide igualmente en que el amor es el todo del hombre.
Gálatas 5:14: Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
No obstante, los cristianos sabemos por la Palabra de Dios que los seres humanos somos egoístas y pecadores por naturaleza (Romanos 3:9-12, 23), y que necesitamos nacer de nuevo de agua y del Espíritu (Juan 3:5), mediante la Palabra de Verdad (Santiago 1:18; 1ª Pedro 1:23). La única manera de transformar nuestro viejo hombre (Efesios 4:22-25) es por medio de la fe en Cristo; y Él recrea en nosotros una nueva criatura (2ª Corintios 5:17-21).
Santiago 1:18: Él [Dios], de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
1 Pedro 1:23: siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
Al contrario de lo que afirma el protagonista de su libro, el ser espiritual, Isaías, no necesitamos de miles de vidas y de sucesivas reencarnaciones para obtener la capacidad de amar y la santidad. Solo hay una vida, y después, el juicio. Ustedes tergiversan el sentido de las palabras de Cristo “os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:3-7), interpretándolo como que Cristo estuviera apoyando la necesidad de múltiples reencarnaciones para conseguir desprenderse del egoísmo y ser capaz de amar. Eso es totalmente falso, Y no hay apoyo alguno en la Sagrada Escritura. El siguiente texto lo prueba:
Hebreos 9:27-28: Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, (28) así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
Aunque lo argumentado debería ser suficiente, en el siguiente epígrafe, continuaremos tratando de demostrar que la Palabra de Dios de ninguna de las maneras apoya la creencia en la reencarnación. Pues el nuevo nacimiento, que todo cristiano ha tenido que experimentar, al que se refiere Cristo, no es por medio de reencarnaciones sino por el Espíritu Santo, el cual usa Su Palabra, para liberarnos de la esclavitud del pecado (Juan 8:31-34), y producir un cambio y transformación de la naturaleza humana pecadora, en otra nueva en la que Él pueda habitar, siendo entonces nuestro cuerpo templo del Espíritu Santo (1ª Corintios 3:16; 6:19).
1 Corintios 3:16-17: ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (17) Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
1 Corintios 6:19-20: ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (20) Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
2. ¿Apoya la Biblia la creencia en la reencarnación?
Los partidarios de la creencia de la reencarnación –consistente en que los seres humanos, cuando mueren se despojan del cuerpo y el espíritu sigue viviendo en otro mundo, hasta que decide reencarnarse de nuevo en el embrión de otro ser humano que nace, y así sucesivamente, durante múltiples rencarnaciones y miles de años, hasta que alcance la perfección– pretenden basarse en algunos textos de la Biblia, como el del Evangelio de san Mateo (16:10-13) (Ver pág. 216 del libro “Las leyes espirituales” de Vicent Guillem):
Mateo 17:10-13: Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? (11) Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. (12) Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. (13) Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.
Para interpretar correctamente la Biblia, es necesario tener en cuenta también todos los demás textos que se refieren a este tema. Los judíos creían que Elías regresaría a la Tierra antes del juicio final, porque así estaba profetizado por el profeta Malaquías, en el libro de su mismo nombre, del Antiguo Testamento (Malaquías 3:23-24 [NBJ] ó 4:5-6 [RV-1960]). Ahora, es preciso saber que Elías no pasó por la muerte sino que fue arrebatado al cielo “en un torbellino” (2ª Reyes 2:11-13), a semejanza de Enoc (Hebreos 11:5); y del mismo modo que Jesús subió al cielo (Hechos 1:9). Ciertamente, Elías y Moisés se presentaron físicamente, con cuerpos glorificados, a Jesús en el monte de la transfiguración (Mateo 17:1-6; Marcos 9:2-8; Lucas 9:28-36), siendo testigos de este maravilloso evento, Pedro, Santiago y Juan, según relatan los tres Evangelios citados (1).
Malaquías 3:23-24 (NBJ): Voy a enviaros al profeta Elías antes de que llegue el Día de Yahvé, grande y terrible. (24) Él reconciliará a los padres con los hijos y a los hijos con los padres, y así no vendré a castigar la tierra con el anatema.
Lo primero que debemos preguntarnos es ¿Cómo podía Elías haberse despojado de su cuerpo glorioso, para convertirse en un espíritu, sin tener que morir, para luego reencarnarse en el cuerpo de Juan el Bautista? ¿Qué sentido tendría reencarnarse si Elías está en el Paraíso celestial con un cuerpo físico, y cómo podría desprenderse de su cuerpo a voluntad, sin que ello implicara morir?
En segundo lugar, la interpretación del propio Jesucristo es definitiva para toda persona que busca con sinceridad la verdad. Jesús afirmó que “el Elías” que había de venir fue Juan el Bautista. No que Elías se reencarnase en el embrión concebido por Elisabet y Zacarías (Lucas 1:13-17), y se transformara en Juan, sino que nacería un nuevo profeta –Juan el Bautista–, que sería semejante a Elías, porque predicaría con su mismo Espíritu –“E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías” (ver Lucas 1:17).
¿Cuál era “el espíritu y el poder de Elías” que recibió Juan el Bautista sino el don del Espíritu Santo? Si esta explicación no es suficiente para los creyentes en la reencarnación, que nos expliquen de qué “espíritu” iba Eliseo a recibir doble porción. Veamos los textos:
2 Reyes 2:9-16: Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. (10) Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no. (11) Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. (12) Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. (13) Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. (14) Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo. (15) Viéndole los hijos de los profetas que estaban en Jericó al otro lado, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. Y vinieron a recibirle, y se postraron delante de él. (16) Y dijeron: He aquí hay con tus siervos cincuenta varones fuertes; vayan ahora y busquen a tu señor; quizá lo ha levantado el Espíritu de Jehová, y lo ha echado en algún monte o en algún valle. Y él les dijo: No enviéis.
“El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo” (2ª Reyes 2:15). ¿Significa esto que Elías se reencarnó en Eliseo, siendo éste un adulto, y sin haber muerto previamente Elías? ¿Acaso no disponía Eliseo de su propio espíritu? Las respuestas a estas preguntas no se pueden responder diciendo: "el espíritu de Elías se posesionó de Eliseo, y ahora ya no vivía como Eliseo sino como Elías". Todo esto evidentemente son elucubraciones reencarnacionistas y espiritistas, y quizá también hinduistas, budistas, etc., pero de ningún modo son cristianas. La respuesta cristiana es que el mismo Espíritu Santo del que estaba lleno Elías pasó a Eliseo, y si se cumplió la petición de Eliseo, éste recibió doble porción del Espíritu Santo que tenía Elías.
Mateo 11:13-14: Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. (14) Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir.
Lucas 1:13-17: Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. (14) Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; (15) porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. (16) Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. (17) E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.
El propio Juan el Bautista niega que él sea Elías (Juan 1:19-21). Pero los detractores dirán, claro él no era consciente de ser una reencarnación de Elías. ¿De qué sirven, pues, las reencarnaciones si no se es consciente de nada de lo que se ha vivido en la multitud de vidas que ha podido tener cada espíritu? Pero la Palabra de Dios es muy clara, Juan el Bautista fue “lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre” (Lucas 1:15). El no recibió el espíritu de Elías en su concepción, cuando era un embrión sino el Espíritu Santo, el mismo Espíritu que recibieron Elías y Eliseo, y por eso, Juan iría delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías (Lucas 1:17), para preparar la predicación de Cristo.
Juan 1:19-21: Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? (20) Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. (21) Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta?(C) Y respondió: No.
3. ¿A qué categoría o grupo pertenece el espíritu llamado “Isaías”, al de los ángeles buenos o al de los malvados?
Por la Biblia conocemos que existen espíritus buenos (Mateo 1:20-25; Lucas 1:11-20, 26-38; Hechos 10:3,22; Apocalipsis 12:7; 22:6-9; etc.) y malos (Dt. 32:17; Mateo 17:18; Hechos 16:16-18; etc.), pero estos no son los espíritus desencarnados de los humanos difuntos, sino criaturas de naturaleza espiritual, superiores a los seres humanos. Los espíritus malos (Hechos 19:15-16) son los ángeles caídos que pecaron, y su destino inexorable es la aniquilación o muerte eterna (Hebreos 2:14; Apocalipsis: 20:10; 21:8).
Para mí y para todos los que creen que la Biblia es la revelación de Dios para la salvación de la Humanidad, la existencia de los espíritus es tan cierta como la de Dios; por tanto, lo considero un hecho, que la Biblia no solo confirma sino que nos previene contra sus asechanzas, y de cómo podemos defendernos para no ser víctimas de sus engaños. Por tanto, seremos sabios si atendemos a los siguientes consejos de la Palabra inspirada, que el apóstol san Pablo nos revela en la epístola a los Efesios, en el capítulo seis.
Efesios 6:11-18: Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. (12) Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (13) Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. (14) Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, (15) y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. (16) Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. (17) Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; (18) orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
Por eso, en lo que a mi respecta, no tengo ningún inconveniente en admitir y creer que usted realmente ha contactado con un espíritu o ente espiritual, al que pone el nombre de “Isaías”, y poco importa cuál sea su verdadero nombre, sino sus respuestas. Mi seguridad y convicción en la realidad de los espíritus se fundamenta en la Biblia, pues en ella Dios nos revela la existencia de criaturas espirituales superiores a los humanos (Hebreos 2:7), que son conocidas como ángeles. Pero, ella también distingue entre los ángeles que son “espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación” (Hebreos 1:14; Apocalipsis 19:9-10) y los ángeles caídos, –los que pecaron, llamados también demonios (Mt. 8:16; Lc. 4:33; Ap. 16:14;12:9; etc.) –los cuales son liderados por Satanás, el diablo, que, como declaró Jesucristo, “ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).
Por tanto, si es verdadera la creencia en la existencia de espíritus buenos, cuya misión es ayudar a la humanidad (Apocalipsis 19:9-10), no es menos cierto que también hay espíritus malignos o inmundos, llamados demonios, cuya presencia en este mundo sería peligroso e insensato ignorar, ya que eso nos impediría precavernos contra ellos y de su maléfica influencia. Así lo proclama y testifica claramente el Nuevo Testamento, la Biblia cristiana, cuando se refiere también “a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada…” (Judas 6), “ángeles que pecaron” entregados “a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;” (2ª Pedro 2:4). Estos son ángeles caídos que fueron arrojados a la Tierra, junto con el jefe de ellos, “llamado diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” (Apocalipsis 12:9).
Ahora quizá sería oportuno preguntarse ¿cómo es posible que el diablo engañe “al mundo entero” a pesar de haber sido desenmascarado por la Palabra de Dios y de sus muchas advertencias?
La  respuesta es porque mucha gente no quiere creer en su existencia, y los que  creen no lo toman muy en serio, e ignoran los consejos que Dios nos da – algunos textos están en la epístola a los Efesios  (6:11-18), ya citados arriba– para defendernos de sus asechanzas, que consisten fundamentalmente  en vestirnos de toda la armadura de Dios.
      
  Notemos  que Jesucristo le da el título de “príncipe  de este mundo” (Juan 12:31; 16:11). Y el apóstol san Pablo incide en  ello llamándole “el espíritu de la  potestad del aire” (Efesios 2:2,3) para que no nos dejemos engañar de  ninguna manera, advirtiéndonos que “el  mismo Satanás se disfraza como ángel de luz” (2ª Corintios 11:14), y “como león rugiente, anda alrededor buscando  a quien devorar;” (1ª Pedro 5:8). Algunos ingenuamente creen todavía que el  diablo va a mostrar una apariencia terrorífica acorde con su maldad, como en  algunas obras de arte, que le pintan con cuernos y rabo, o como un terrible  dragón. Tanto él como sus demonios o ángeles caídos pueden actuar de multitud  de maneras muy sutiles a fin de engañar, y también son capaces de poseer las  mentes, como los muchos casos de endemoniados que se relatan en los Evangelios.  Por ejemplo: Mateo 9:32-34; Lucas 4:33; 4:41; 9:42 (véase además Mateo 17:18;  Lucas 4:33; 4:41).  
Efesios 2:2-3: en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, (3) entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Mateo 9:32-34: Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado. (33) Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel. (34) Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.
Lucas 9:42-43: Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre. (43) Y todos se admiraban de la grandeza de Dios.
Puesto que Cristo obtuvo la victoria sobre el diablo y la muerte (Hebreos 2:14), ningún cristiano, fiel a la Palabra, puede ser engañado y mucho menos vencido. Sin embargo, el resto de seres humanos que rechaza su existencia o menosprecia su poder, puede resultar envuelto en sus redes, sobre todo cuando entra en su terreno, participando, por ejemplo, en juegos como el de la “ouija”, sesiones espiritistas, o poniéndose en manos de sus médiums, que operan de diversos modos. Algunos de ellos, y ciertos curanderos, hacen supuestas sanaciones por imposición de manos o utilizando otros medios, como amuletos o con determinadas fórmulas esotéricas. Puede haber o no lucro personal, pero en cualquier caso, logran que muchas personas sean llevadas a prácticas supersticiosas con las que son engañadas, defraudadas y frustradas.
Aquí viene a colación hablar de una supuesta técnica de sanación y mejoramiento, que ahora está en auge, que se conoce con el nombre de “Reiki”(2), que pretende transmitir, por imposición de manos, unas “energías” que supuestamente son terapéuticas.
Ciertamente, los apóstoles de la Iglesia cristiana primitiva usaban de la imposición de manos para consagrar o bendecir a algunos discípulos de Cristo para ciertas misiones de liderazgo y de servicio a la Iglesia, y también para conceder el don del Espíritu Santo, e incluso para hacer sanaciones (Mt. 19:13; Mr. 16:18; Lc. 24:50; Hechos 6:6; 13:3; 8:18,19; 19:6; 1 Tim. 2:8; 4:14). Pero debemos tener claro que los apóstoles de Jesús transmitían no sus “energías” sino el poder del Espíritu Santo(3), siendo ellos meros canales o instrumentos de Dios para impartir este don que habían recibido por Gracia de Dios, pero que no pertenecía a su naturaleza humana, sino que era una Gracia de Él.
En la actualidad, los dirigentes de las iglesias pentecostales siguen usando la imposición de manos para supuestamente hacer también curaciones e imparticiones del don del Espíritu Santo, ignorando que el sanar milagrosamente, y la impartición de determinados dones milagrosos del Espíritu Santo, como por ejemplo, hablar en lenguas extrañas, solo era prerrogativa de los apóstoles de Jesús, y de los discípulos a quienes le fueron transmitidos estos dones por aquellos; pero después de la muerte del último de los apóstoles, nadie más fue receptor de estos dones o poderes sobrenaturales. Otra cosa es el don del Espíritu Santo que todo cristiano recibe al convertirse a Cristo, lo que le da poder para vencer el pecado pero no para hacer milagros (Hechos 2:38-39). Todo cristiano fiel a la Palabra de Dios tiene el Espíritu Santo, pues es el sello de salvación (Efesios 1:13-14); “Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él” (Romanos 8:9).
No  es aquí el momento para hablar de los fenómenos paranormales –no milagros ni dones  sobrenaturales del Espíritu Santo– que ciertamente se manifiestan en muchas  congregaciones pentecostales, como son el hablar en lenguas extrañas, que nadie  es capaz de interpretar o traducir, y algunas sanaciones supuestamente  sobrenaturales. Estos supuestos “milagros” son realizados por lo general, por  los pastores o dirigentes, pero también algunos fieles de estas iglesias, que  dicen haber sido bautizados con el Espíritu, mediante la imposición de manos,  son capaces de hablar en lenguas extrañas. Lo cual no es de edificación para  nadie, puesto que no hay quien interprete y entienda lo que se habla, siendo  una mera ostentación sin sentido alguno. El apóstol san Pablo ya advirtió de  este peligro en 1ª Corintios 14. Las aparentes sanaciones se producen en un  ambiente de histeria, los asistentes caen por el suelo, gritan, lloran y se  retuercen como si estuvieran poseídos por los demonios. Ciertamente, todo esto  si no proviene de Dios ¿de quién puede proceder sino del diablo?
   
  He  hecho este inciso para referirme a la imposición de manos, que se practicaba  por los apóstoles de la Iglesia cristiana primitiva, y actualmente por las  iglesias pentecostales, por la similitud de la técnica que se usa en el Reiki.  Este, podemos decir, es la versión laica de la “técnica” o, mejor dicho, gesto  de la imposición de manos. El Reiki, pues, pretende transmitir, mediante esta  “técnica”, unas “energías” que supuestamente son terapéuticas, pero cuyo origen  se desconoce. Los maestros de Reiki afirman que las citadas “energías” pueden  ser del mismo emisor, o también provenir de seres espirituales superiores que  viven en mundos espirituales, y que utilizan a los emisores (maestros de Reiki)  como un mero canal o instrumento para influir, se supone, positivamente,  mejorando la salud física o psíquica del receptor. Más o menos esto es lo que  responde el espíritu “Isaías” en el libro “Las leyes espirituales”. Veámoslo:
“También hay que tener en cuenta que muchas personas cuentan con la ayuda de entidades espirituales concretas que les ayudan en la transmisión de energías, potenciando enormemente su capacidad. Se puede decir aquí que el trabajo más consciente lo hacen los espíritus y que el pasador de Reiki actúa como un instrumento para que los espíritus terapeutas puedan acceder al plano físico-energético.” (Vicent Guillem, “Las Leyes espirituales”, Pág 201).
Con toda seguridad me atrevo a afirmar que ningún emisor o maestro de Reiki, puede transmitir “energías” propias a nadie. Porque, en mi opinión, esto es imposible, puesto que no existen tales “energías” susceptibles de ser transferidas a otra persona. Sin embargo, creo posible, que ciertos individuos influenciables o predispuestos, en determinadas circunstancias de sumisión de su voluntad, puedan recibir algún tipo de influencia, llamémosle “energía”, que provendría –según el párrafo citado antes– de “los espíritus y que el pasador de Reiki actúa como un instrumento para que los espíritus terapeutas puedan acceder al plano físico-energético” (párrafo citado de Vicent Guillem, “Las Leyes espirituales”, Pág 201).
Por tanto, cualquiera que se pone en manos de un maestro o practicante de Reiki, debería saber, que se expone a ser influenciado por los citados “espíritus terapeutas”, los cuales, no tienen por qué ser espíritus buenos o ángeles santos de Dios, sino que muy probablemente sean espíritus malignos o demonios, en cuyo caso pueden hasta llegar a ser poseídos por estos seres espirituales malignos.
¿Por qué me inclino más a pensar que son espíritus malignos? Porque “Isaías” –el ser espiritual, protagonista del libro, “Las Leyes espirituales” de Vicent Guillem– contradice la Palabra de Dios, niega la existencia del diablo y también la de los demonios (ver más adelante la declaración de “Isaías”. Pág.35). Puesto que ninguna falsedad y mentira puede provenir de Dios, deduzco que proceden del “padre de mentira” (Juan 8:44) que es el diablo, y de sus demonios. Notemos que el diablo es capaz de introducirse en todos los campos, ya sean de creyentes cristianos o no.
Por tanto, deberíamos preguntarnos ¿Quiénes son dichos espíritus terapeutas? ¿Son espíritus buenos o malvados? Si a la vista de tantas evidencias, alguno todavía dudara, deberá responderse a la luz de la Palabra de Dios, si no quiere ser engañado y víctima de las asechanzas del diablo y su espíritus malignos.
A la vista de tantas pruebas bíblicas de la existencia del diablo y sus demonios, y advertencias para que no nos dejemos engañar ni caigamos bajo sus garras, ¿por qué “Isaías”, su personaje del mundo de los espíritus, niega tajantemente que existan? ¿No resulta eso muy sospechoso? ¿Por qué hemos de creer lo que afirma este ser espiritual antes que lo que declara Dios en Su Palabra?
¿No está, el tal “Isaías”, contradiciendo a Dios de la misma manera que lo hizo el diablo, la serpiente antigua (Génesis 3:4,5; Apocalipsis 12:9; 20:2), cuando, en el principio del mundo, le aseguró a la Primera Pareja humana: “No moriréis; sino sabe Dios que…seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”?
Este ser espiritual también dice, que no nos preocupemos ni tengamos miedo, pues “No moriréis”, la muerte no existe, el espíritu del ser humano es inmortal, muere el cuerpo, y el espíritu, que se libera desencarnándose, desprendiéndose de su envoltura material, va a otro mundo, donde sigue viviendo como espíritu, para evolucionar, y volver a encarnarse en otro ser humano, tratando de conseguir vida tras vida, un progreso evolutivo hacia la perfección, que no llegará hasta innumerables encarnaciones y miles de años, para luego seguir evolucionando por la eternidad pero como espíritu, sin necesidad de más reencarnaciones.
A fin de que se puedan contrastar las claras verdades y enseñanzas de la Biblia con las revelaciones que vierte el libro “Las leyes espirituales”, a continuación transcribimos algunas interesantes preguntas de su autor (en negrillas), seguidas por las respuestas del espíritu “Isaías”.
“Has hablado al principio de que la vida del  espíritu no comenzaba con el nacimiento. (Vicent Guillem)
  Así es. (El espíritu “Isaías”)
Y qué hay antes del  nacimiento?
  Lo mismo que después, VIDA,  alternándose los periodos de vida sin estar ligado al mundo físico con los  periodos en que el ser vuelve al mundo físico, encarnando en un recién nacido.
¿Entonces la vida no  comienza con el nacimiento?
  No.
¿Y todos hemos vivido  otras vidas antes que la actual?
  Sí.
¿Y dónde se supone  que estamos antes de nacer?
  En el mundo espiritual.
¿Y qué es lo que  ocurre después de morir?
  El espíritu se desprende del cuerpo  físico y regresa al mundo espiritual, que es de donde ha venido. Es decir,  continúa su vida sin estar ligado a la materia. Dicho de otro modo y para  resumir, el espíritu procedente del mundo espiritual se liga al mundo físico,  encarnando en un recién nacido, pasando una etapa encarnado físicamente, hasta  que se produce la muerte de su cuerpo. Es ese momento se desvincula de él y  regresa al mundo espiritual.
  (Vicent Guillem, “Las Leyes  espirituales”, Pág 28)
  […]
  Ahora que hablamos de  los espíritus del astral inferior, tengo una curiosidad: ¿existe el Demonio o  el Diablo? (Vicent Guillem)
  No  existe ninguna entidad dedicada al mal para siempre, y menos con los poderes de  destrucción tan omnipotentes que se le atribuyen a ese supuesto Diablo. Las  entidades que habitan el astral inferior son espíritus poco avanzados en el  sentimiento. Y, como ya he dicho, esto puede suceder porque se trate todavía de  espíritus jóvenes o, porque siendo espíritus ya más o menos viejos, han  avanzado poco en el desarrollo de los sentimientos. Aunque haya espíritus en el  astral inferior que puedan ser muy inteligentes, y hayan utilizado esta  inteligencia para perjudicar a otros espíritus, si todavía no han desarrollado  sus sentimientos, no son sabios, porque la sabiduría procede del conocimiento  del sentimiento, y son desgraciados, porque viven en el egoísmo y desconocen la  felicidad. La envidia de no poseer la sabiduría y la felicidad que intuyen que  han alcanzado los espíritus que han vencido el egoísmo y conocen el amor les  empuja a obstaculizar con todas sus fuerzas el avance espiritual de sus  hermanos encarnados, para que tampoco ellos lleguen a disfrutar la felicidad  que emana del amor. Como dice el refrán: “Mal de muchos, consuelo de tontos”.  Por ello, se organizan entre ellos con el objetivo de obstaculizar el progreso  de los desencarnados y captar adeptos para sus filas. Pero su capacidad de  acción sobre los encarnados es bastante limitada, a no ser que los encarnados,  por sus  propios actos, se dejen influir por ellos. También su expansión  está limitada a las franjas vibratorias más bajas, ya que para alcanzar franjas  más altas deberían amar, y puesto que se niegan a hacerlo, se auto recluyen en  ese nivel. Luego tienen el problema de estar en constantes luchas entre  facciones rivales, porque a consecuencia del egoísmo “todos quieren ser el  jefe”. Pero tarde o temprano estos espíritus se cansan de ser “malos”, porque  son tremendamente infelices y buscan salir de esta situación. Entonces son  rescatados por los espíritus de franjas más elevadas que tienen puestos de socorro  en las regiones colindantes a estas regiones inhóspitas.
  (Vicent  Guillem, “Las Leyes espirituales”, Págs.  35-36)
  […]
  Volviendo al tema de  la reencarnación, yo me pregunto: si hemos vivido otras vidas, y el nacimiento  a la vida física no es el principio ¿cuál es entonces el principio de la vida  del espíritu, si es que lo hay?
  El espíritu es creado ignorante. En  realidad lo que se crea es el principio espiritual, la chispa vital. A partir  de ese momento, la chispa vital primigenia, a través de un proceso que dura  millones de años, va experimentando un proceso de mejoramiento a través de la experiencia,  que consigue al ligarse a las formas materiales adecuadas a su nivel evolutivo.
No entiendo a qué te  refieres con la frase “ligarse a las formas materiales adecuadas a su nivel  evolutivo”. ¿Podrías explicarte mejor?
  Me estoy refiriendo a la encarnación.  Cuando el principio espiritual primigenio ya ha evolucionado bastante, y ya es  mucho más que eso, le llamamos espíritu. El espíritu se liga a la forma material,  que es el cuerpo, para aprender de esta experiencia. En etapas más primitivas,  el principio espiritual primigenio se liga a formas materiales más simples,  primero del reino mineral (primer nivel), luego del vegetal (segundo nivel),  después del animal (tercer nivel), y más adelante, ya como espíritu en fase humana  (cuarto nivel), y en cada una de esas experiencias físicas aprende. Este  aprendizaje es retenido por el ser espiritual para siempre, de forma que cuando  inicia una nueva encarnación lo hace con el conocimiento obtenido en la suma de  las incontables encarnaciones anteriores.
¿Quieres decir que en  vidas anteriores hemos sido animales, y si buscamos todavía más atrás hemos  podido encarnar en una piedra?
  Más o menos, aunque no exactamente, ya  que en las etapas anteriores, la individualidad del ser todavía no está tan  definida como en la fase humana. Esta se va consiguiendo progresivamente.
¿Qué quieres decir  con eso?
  Pues que no es correcto decir que tu  espíritu estuvo encarnado en una piedra, porque en esa etapa no se podía  considerar ni que la chispa vital fuera un espíritu individual, ni que una  piedra tenga una individualidad dentro del reino mineral. ¿Qué pasaría con la  chispa vital si partiéramos la piedra en dos o tres fragmentos, que se dividiría?  Pues no. Sin embargo, sí podemos decir que un protoespíritu está encarnado   en un perro, puesto que su grado de individualización ya está más avanzado.
  (Vicent Guillem, “Las Leyes  espirituales”, Pág 38)
  […]
“Hoy por hoy, la muerte es un tabú para  la sociedad occidental y cada vez que desencarna un espíritu se desata una  verdadera tragedia entre los familiares y seres queridos. ¿Y por qué? Porque no  queréis ver las evidencias que se os están dando respecto a la supervivencia  del espíritu después de la muerte, simplemente porque para explicarlo tendríais  que cambiar vuestro paradigma actual. Cuando los espíritus que han pasado al  otro plano intentan despedirse y tranquilizar a sus seres queridos  manifestándoseles de alguna forma, siempre hay una tendencia a no creer en lo  que se vive y percibe, simplemente porque creéis que no es posible, porque no  encaja en vuestros esquemas mentales, y la mente le hace creer a uno que se  trata de una alucinación motivada por el estado de shock. Por un lado está la influencia de la Religión, que ofrece  una explicación de la muerte y de lo que viene después basada en obtusos dogmas  poco creíbles y no en las evidencias y los testimonios reales, y que opina que  cualquier contacto con el mundo espiritual no supervisado por ellos, o bien es  pura imaginación o, como ocurrió en épocas pasadas, “es cosa del demonio”,  alentando el miedo a cualquier contacto con el más allá. [...]. 
(Vicent Guillem, “Las Leyes  espirituales”, Pág. 57)
[…]
    VIDA EN OTROS MUNDOS
Has hablado al principio  de un plan que engloba a todos los seres de la creación, de que cada planeta  tiene su correspondiente planeta astral... Además, en muchas de las respuestas  que das acabas añadiendo la coletilla de lo que pasa “en los mundos avanzados”.  Aunque no hemos hablado específicamente sobre este tema, deduzco de todo ello  que hay vida inteligente en otros planetas.
  Por supuesto. El Universo es muy  grande. En todo el Universo existen espíritus en constante evolución que  necesitan de encarnaciones en el mundo físico para avanzar en su camino de  perfeccionamiento. 
¿Y por qué no tenemos  constancia manifiesta de que existan civilizaciones o humanidades  extraterrestres?
  Las que son menos avanzadas o iguales  que la vuestra todavía no tienen los medios tecnológicos para viajar o  contactar con otros mundos. Las más avanzadas, aunque tienen la capacidad de  visitar vuestro planeta e interaccionar con vosotros, procuran no interferir en  vuestra evolución e intervienen en vuestro planeta de forma muy sutil. Aun así,  existen muchas evidencias de contactos con seres de otros mundos desde épocas  muy antiguas, que han quedado registrados en los libros sagrados de muchas  civilizaciones (claro que no con el nombre de extraterrestres, sino como dioses  o enviados de los dioses). También en la actualidad existen multitud de  avistamientos de naves que, por su capacidad de movimiento, sobrepasan con  creces los logros de vuestra tecnología actual, y testimonios de personas que  sí han contactado con seres de otros mundos, aunque vuestros gobiernos se  esfuerzan por ocultarlo por temor a perder el control que ejercen sobre  vosotros.
¿Cuando hablas de  humanidades más avanzadas, te refieres a más avanzadas tecnológicamente?
  Me refiero a humanidades más avanzadas  espiritualmente, aunque tecnológicamente también son mucho más avanzadas que la  vuestra.
¿Y hay humanidades o  civilizaciones que están tecnológicamente más avanzadas que la nuestra, pero  que no lo están espiritualmente?
  Sí, las hay. Lo que ocurre es que si  no siguen la ley del amor acaban por autodestruirse por un mal uso de la  tecnología, que emplean para luchas internas o contra otras civilizaciones  vecinas. Sólo las que se construyen sobre la base del amor y del respeto del  libre albedrío son duraderas, ya que no pierden el tiempo ni gastan recursos y  esfuerzos en destruir, sino sólo en construir. De manera que al final las  civilizaciones espiritualmente más avanzadas también lo son tecnológicamente.
¿Y qué ocurre con  esos espíritus que vivieron en civilizaciones que no siguen la ley del amor y  se autodestruyeron?
  Como he dicho, los espíritus son  inmortales, y por supuesto, continúan viviendo en el plano espiritual.  Continuarán su evolución encarnando sobre los restos de las civilizaciones  destruidas. En caso de haber sido destruido el planeta completamente, serán  transferidos al astral de otros planetas semejantes al suyo para que puedan  encarnar en ellos, al igual que en vuestro mundo, si una ciudad es arrasada por  una inundación, se reubica a los supervivientes en zonas menos peligrosas. Los  menos avanzados generalmente serán transferidos a planetas más primitivos, donde  las condiciones para la supervivencia son mucho más exigentes, para que  aprendan a valorar mejor lo que una vez tuvieron y no supieron conservar.
¿Entonces pueden los  espíritus originarios de otros planetas encarnar en la Tierra y viceversa, los  originarios de la Tierra encarnar en otros planetas?
  Sí, y no sólo en el caso extremo de  planetas destruidos. Se producen periódicamente transferencias de espíritus de  unos planetas a otros, con ciertas restricciones, puesto que los espíritus no  pueden encarnar en planetas que estén por encima de su propio nivel evolutivo.  Tendrán que hacerlo en planetas de nivel semejante a su planeta de origen o de niveles  inferiores, pero también existen problemas de acoplamiento vibratorio si los  espíritus son muy avanzados y el planeta muy primitivo, de manera que cuando  los espíritus evolucionados encarnan en un planeta que lo es menos, deben  reajustar el patrón vibratorio de su cuerpo astral para poder amoldarse a un  cuerpo físico propio del planeta. Cuando el nivel vibratorio del espíritu es  mucho mayor que el nivel del planeta este ajuste resulta prácticamente  imposible. Para que os hagáis una idea, sería como intentar poneros una prenda  dos tallas menor de la que vosotros usáis. Por ello, el nivel evolutivo de los  espíritus avanzados que encarnan en vuestro planeta puede estar como mucho un  peldaño por encima del vuestro, y en ocasiones especiales hasta dos peldaños,  pero no más. 
  (Vicent Guillem, “Las Leyes  espirituales”, Págs. 74 y 75).
  […]
  Esto me recuerda al  juicio final del Apocalipsis bíblico ¿Tiene algo que ver?
  Digamos que el juicio final del que se  habla en la Biblia es una interpretación personal del autor respecto a unas visiones  del probable futuro de la Tierra, donde vislumbró este proceso, y al escribirlo  lo plasmó de esa manera, conforme a su capacidad. Por supuesto que el final del  ciclo no es el final del mundo, sólo el final de una etapa. Y tampoco el hecho  de haber decidido no renunciar al egoísmo ahora implica que esa elección sea  definitiva. Uno puede cambiar de opinión cuando quiera y, si no ha aprovechado  esta oportunidad, podrá hacerlo más adelante. Por tanto, tampoco es Dios el que  elige “a los buenos para ponerlos a la derecha y a los malos a la izquierda”  sino que la elección parte de uno mismo. El mundo espiritual da las mismas  oportunidades a todos y es uno mismo a través del libre albedrío el que elige  lo que quiere hacer, en qué mundo quiere vivir. Dependiendo de la voluntad y hacia  donde dirija su esfuerzo, tendrá una cosa u otra. Los que quieren vivir en el  amor vivirán en un mundo basado en el amor. Los que quieren vivir en el egoísmo  vivirán en un mundo basado en el egoísmo, hasta que se den cuenta de que vivir  de ese modo les hace desgraciados y entonces decidan cambiarlo.
  (Vicent Guillem, “Las Leyes  espirituales”, Pág 77)
  […]
  ¿Cómo se transferirán  los espíritus que no pueden quedarse a otros mundos?
  Será un proceso gradual. Los espíritus  que no armonicen con el nivel vibratorio del planeta, una vez hayan fallecido,  dejarán de encarnar en la Tierra, y pasarán a encarnar en otros planetas con su  mismo nivel evolutivo. En el caso de que el planeta ascienda de nivel, la  subida en el nivel vibratorio imposibilitará a los espíritus que no hayan  alcanzado dicho nivel nacer en este mundo, así que habrán de encarnar en mundos  que se correspondan con su nivel vibratorio. A partir de cierto momento sólo  nacerán niños con un patrón vibratorio mínimo.
¿Entonces habrá que  esperar a morir para poder pasar a otro planeta?
  Normalmente sí, pero no siempre. En  caso de catástrofes planetarias también se permiten las transferencias de  espíritus físicamente encarnados a través de la actuación de civilizaciones  extraterrestres con la tecnología suficiente para transportar a miles de  personas de un planeta a otro, de forma semejante a cuando se producen  catástrofes naturales en ciertas regiones de vuestro planeta, que se ponen en marcha  misiones de ayuda humanitaria con el objetivo de atender y evacuar a los  supervivientes de las zonas afectadas.
  (Vicent Guillem, “Las Leyes  espirituales”, Pág 79)
  […]
  ¿Me puedes poner un  ejemplo que ponga de manifiesto la diferencia entre resignación y comprensión?
  La actitud frente a la muerte, por  ejemplo. La actitud frente a la muerte de la mayoría de gente de vuestro mundo  es de resignación, porque no buscáis comprender su significado. 
  […]
  El que comprende que la muerte no  existe, que es sólo una etapa de transición, en la que lo único que muere es un  cuerpo, que su ser querido sigue viviendo, y que se va a volver a reunir tarde  o temprano con él, ya no pierde la ilusión por la vida, sino que lucha con más  fuerza para que cuando llegue el momento del reencuentro, lo haga en  condiciones de disfrutar, porque no le ha quedado nada pendiente por hacer en  el mundo material. En los mundos  avanzados, la comprensión del proceso de desencarnación hace que nadie sienta  tristeza, desesperación o amargura cuando alguien muere. Al contrario,  sienten alegría de que un hermano vuelva al mundo espiritual, que es el  auténtico hogar del espíritu. (Vicent Guillem, “Las Leyes espirituales”, Pág 164-165).
No creo necesario realizar más comentarios al texto seleccionado del libro “Las leyes espirituales” y transcrito antes. Los lectores pueden sacar sus propias conclusiones respecto a la verdad o falsedad que contiene. Solo he querido destacar el siguiente párrafo, cuyo original no contiene subrayado ni negrillas, porque me ha llamado la atención que “Isaías” nos diga que también hay otros mundos más avanzados que el nuestro donde también existe la muerte. Para todo estudiante de la Biblia esto resulta muy extraño, pues la muerte es consecuencia del pecado, y éste no se extendió por el Universo sino que quedó circunscrito al planeta Tierra, donde también fueron arrojados los originadores de la maldad: el diablo y sus demonios.
[…] “En los mundos avanzados, la comprensión del proceso de desencarnación hace que nadie sienta tristeza, desesperación o amargura cuando alguien muere.” […](Vicent Guillem, “Las Leyes espirituales”, Pág. 165, último párrafo).
4. Las afirmaciones del protagonista del libro “Las leyes espirituales” contradicen la Biblia. Por tanto, si la Biblia es Palabra de Dios, ellas son de procedencia diabólica.
El capítulo final del libro “Las leyes espirituales”, que se titula “Misión de Jesús en la Tierra”, es un ataque frontal a la Biblia y a la figura de Jesús, y por tanto, a la fe cristiana. Si la Biblia es Palabra de Dios, todo lo que niega las verdades fundamentales reveladas por Dios, es evidente que tiene que proceder del “enemigo” o “engañador”, que es lo que significa el término “Satanás”.
El presente artículo no puede pretender refutar punto por punto todas las afirmaciones falsas que existen en este libro, ni tampoco las muchas falsedades del citado capítulo sobre Jesús. Pues resultaría muy laborioso, exhaustivo y agotador. Creo que tampoco vale la pena hacer este trabajo ímprobo, pues nadie está obligado a contrarrestar toda la infinidad de filosofías que continuamente pretenden atacar los cimientos de la Verdad. Además, la falsedad de las declaraciones del espíritu “Isaías”, personaje protagonista del libro en cuestión, se hace evidente a la luz de la Biblia, por todo el que sinceramente la estudie.
Por otro lado, las afirmaciones de un ser espiritual ya sea real o creado por el autor como recurso literario, al tratarse de temas espirituales, son, por su propia naturaleza, indemostrables; y al ser éstas subjetivas, sus únicas garantías de fiabilidad están, por un lado, en la credibilidad que pueda tener el autor o autores de las mismas, atendiendo a su prestigio y solvencia; y por otro, en el contenido mismo de los mensajes, en lo que se ajusten al sentido común, lógico razonar, experiencias vividas por mucha gente y contrastables. Así como si son coincidentes con el conocimiento actual de fuentes científicas o de probada solvencia espiritual como –poca gente duda– es la Biblia.
A continuación me limito a presentar dos de las principales y fundamentales doctrinas del cristianismo, que conforman la esencia del mismo y el único sentido de su existencia, cuya veracidad ha sido negada en el libro citado antes. Las cuales, al ser Revelación de Dios, nunca ningún ser humano las habrían podido imaginar o inventar, porque constituyen la Palabra de Dios. Sin embargo, estas doctrinas que son la esencia del cristianismo se las ha tratado de socavar y atacar mediante las declaraciones del protagonista del libro “Las leyes espirituales”, cuya falsedad es evidente si consideramos que la Biblia tiene mucho más crédito que lo aseverado por “Isaías”, que no dudamos de su condición espiritual pero sí que sea un espíritu de Dios.
Primera doctrina cristiana negada: Jesucristo es Dios y Hombre a la vez. Hijo de Dios consustancial con Dios Padre, segunda persona de la Divinidad.
Declaraciones del espíritu “Isaías” que niegan esta doctrina:
¿Fue Jesús de Nazaret  el mismo Dios encarnado o el hijo de Dios?
  Jesús de Nazaret fue la encarnación de  un espíritu altamente evolucionado.
¿Pero entonces no fue  Dios encarnado?
  No, no fue Dios encarnado. Pero  tampoco dijo nunca él que fuera Dios. Fueron otros que vinieron después los que  hicieron esa afirmación.
¿Al menos, fue el  hijo de Dios?
  Sí, tan hijo de Dios como lo sois vosotros.  La diferencia es que él era consciente y el resto de la gente no.
¿Quieres decir  entonces que Jesús no fue un ser sobrenatural o divino, sino que fue tan humano  como nosotros?
  Tan humano como vosotros, pero de  mayor evolución. Si entendemos que el ir evolucionando nos acerca  progresivamente a Dios, podemos decir que Jesús estaba más cerca de Dios que  vosotros.
¿Quiere decir esto  que si nosotros evolucionamos podemos alcanzar el nivel evolutivo que tuvo  Jesús al encarnar?
  Sí. No sólo el mismo nivel, sino  niveles mucho mayores, ya que el proceso de evolución espiritual no termina  nunca. Aunque está claro que en una sola vida física es imposible. Al igual que  Jesús, os harán falta numerosas encarnaciones y vivir multitud de experiencias  para llegar a ese punto. Y tened en cuenta que para cuando vosotros lleguéis  ahí, él ya estará en un nivel mayor, ya que continúa evolucionando, como todos  los espíritus.
¿Insinúas que Jesús  también tuvo que pasar por el ciclo de encarnaciones para poder evolucionar?  ¿Eso quiere decir que alguna vez fue tan imperfecto como nosotros?
  No lo insinúo, lo afirmo. Jesús, al  igual que vosotros, también tuvo que mejorar a través de sus experiencias en el  mundo físico. Y, gracias a su voluntad y esfuerzo personal, adquirió el nivel  evolutivo necesario para realizar la misión que cumplió en la Tierra y que  tanto os ha impactado, pero que tan poco habéis entendido.
¿Entonces tuvo Jesús  la necesidad de encarnar y morir en la Cruz para seguir evolucionando?
  No, no tenía necesidad, ya que no  tenía ningún karma o deuda pendiente. Podría haber seguido su evolución sin  pasar por ese trance tan amargo. Lo eligió porque quiso, sabiendo cuáles serían  las consecuencias. La grandeza de Jesús no estuvo en morir en la Cruz, como  tanto énfasis ha puesto la Iglesia Católica. Si ése fuera el mérito de Jesús,  también habría que dárselo a los cientos de miles de personas que murieron de  la misma forma, ya que así se ajusticiaba en esa época a los condenados a  muerte. El gran mérito de Jesús está en el atrevimiento y la valentía de  difundir el mensaje de amor que vino a dar, sin permitir que nadie le  amedrentara o le hiciera cambiar de opinión, a pesar de que sabía que todo eso  le acarrearía un montón de sufrimientos, incluida la muerte.
¿Entonces por qué lo  hizo?
  Por amor a sus hermanos de menor  evolución. Los espíritus conocedores del amor incondicional como él no actúan  porque tengan nada que expiar, sino porque tienen una misión que realizar, que  generalmente tiene que ver con dar ejemplo de cómo se vive con amor. Ten en cuenta  que a partir de cierto nivel, el espíritu ya actúa enteramente movido por amor.  Muchos espíritus eligen encarnar en mundos poco avanzados para ayudar a sus  hermanos de menor evolución a alcanzar más rápidamente la felicidad que ellos  mismos experimentan al vivir en el amor. En estos casos, las circunstancias  negativas que tienen que atravesar no son ningún tipo de expiación, sino que  son inherentes a la inferioridad espiritual del mundo al que vienen. Pero no  les importan esos sufrimientos, ni morir asesinados, porque ellos no temen ni  al sufrimiento ni a la muerte. Por su gran nivel evolutivo, saben que la muerte  no existe y que la vida física no es más que un instante en la vida del  espíritu.
Entonces, si un  espíritu elevado que encarna en un mundo poco avanzado sólo ha venido para  enseñar y no para aprender, no evolucionará mucho en una vida en un mundo  inferior.
  Al contrario, ya que vienen para  enseñar y para aprender, porque de todas las pruebas de la vida se aprende.  Ésta les sirve para evolucionar muy rápidamente, más que en un mundo de su  mismo nivel, porque se pone a prueba su capacidad de amor y comprensión en cada  momento. Además permite que afloren defectos muy escondidos que no se pondrían  de manifiesto sino en circunstancias muy extremas, que nunca se darían en un  ambiente más amoroso. De esta forma tienen la oportunidad de intentar  mejorarlos y de avanzar así en el proceso de eliminación del egoísmo.
Volvamos a Jesús. El  trabajo ¿lo hizo sólo, no tuvo ninguna ayuda?
  Cuando alguien trabaja movido por el  amor se hace digno de recibir la influencia de entidades espirituales todavía  más evolucionadas. En el caso de Jesús, la del Logos o Cristo Planetario, entre  otras.
¿Y quién es el tal  Cristo Planetario?
  La entidad espiritual máxima  responsable de la evolución de vuestro planeta.
¿Entonces las tres  personas de la Santísima Trinidad son Dios, Cristo y Jesús?
  Pues no lo sé, porque no creo ni que  los mismos que lo inventaron sepan qué significa ese galimatías. Pero sí os diré  que Dios es único y que Cristo (208) y Jesús son entidades diferentes y  separadas de Dios. Por lo tanto, ni son Dios, ni manifestaciones de Dios,  aunque los podéis considerar representantes de Dios o enviados de Dios, ya que  se armonizan con la voluntad de Dios. Es decir, son seguidores de la ley del  amor y están voluntariamente integrados en su plan de evolución.
¿Y cómo actuó Cristo  a través de Jesús?
  A partir de cierto momento, en los  últimos años de su vida, Jesús actuó inspirado y fortalecido por el Cristo  Planetario. Y realmente lo necesitaba para llevar acabo la misión que  desempeñó.
¿Pero entonces quién  era el que hablaba, Jesús o Cristo?
  Digamos que actuaban en simbiosis.  Hablaba Jesús con la inspiración del Cristo. Jesús jamás perdió su conciencia e  individualidad, ni su libre albedrío.
¿Volverá Jesús a  encarnar en la Tierra?
  El Cristo se manifestará siempre que  sea necesario, y lo hará a través de la encarnación de un espíritu en fase  humana de evolución. Ya lo hizo antes de Jesús y lo volverá a hacer después, si  la evolución espiritual del planeta así lo requiere. No es más importante que  sea Jesús u otro ser de evolución semejante. Lo que ya os adelanto es que  cuando encarne un nuevo Mesías, Profeta, Avatar, o como le queráis llamar, no  lo hará vestido de Nazareno, con una corona de espinas, la cruz a rastras y las  manos ensangrentadas con las heridas de los clavos, como los cristianos esperan.  Será una persona aparentemente normal, pero con una capacidad de amar y una  sabiduría espiritual fuera de lo común, pero sólo perceptible para aquellos que  sintonicen con el mensaje de amor al prójimo y evolución espiritual que traerá.  Y en caso de que encarnara en la actualidad, los primeros que se opondrían a él  y harían lo imposible para que su mensaje no tuviera calado serían los grandes  jerarcas de las Iglesias que supuestamente le han erigido en su estandarte,  porque si su mensaje llega a penetrar en los corazones de los humanos de este planeta,  tienen los días contados como aristócratas religiosos, y pasarán a ser personas  normales y corrientes. 
  (Vicent Guillem, “Las Leyes  espirituales”, Pág. 205-208). 
En mi opinión, estas declaraciones no precisan comentarios pues al contradecir tan abierta y frontalmente a la Biblia, prueban que no vienen de Dios. No obstante, para los que deseen profundizar en el tema de la Trinidad, les recomiendo lean los siguientes artículos que a continuación relaciono y que están publicados en mi web www.amistadencristo.com:
Argumentos  para creer en la Trinidad 
    ¿Es Jesucristo  Dios-Hombre a la vez? 
    1. Comentarios a ¿Es  Jesucristo Dios-Hombre a la vez? 
    2. Comentarios a ¿Es  Jesucristo Dios-Hombre a la vez? 
    Respuesta a cinco  argumentos antitrinitarios 
    Si Cristo es Dios  ¿cómo pudo morir? 
  ¿Podía Cristo haber  pecado? 
Segunda doctrina cristiana fundamental negada: Jesucristo resucitó corporalmente, con un cuerpo espiritual glorioso, no corruptible. Los salvados serán resucitados con un cuerpo semejante al que obtuvo Cristo en su resurrección en el día del fin del mundo (Mt. 28:1-10; Lc. 24:36-43; Juan 5:28-29; 11:11-14,39,43-45; 20:27-29; Hechos 24:15; 1ª Corintios 15:3-8,42-44, 51-55; 1ª Tes. 4:13-18; etc.)
Esta doctrina es esencial, pues sin ella no tendría sentido el cristianismo. Según la Biblia, sin resurrección nuestra fe sería vana, puesto que no habría ninguna esperanza de volver a vivir. La naturaleza del ser humano no es la de un ser espiritual. Por tanto, nunca podrá vivir como espíritu puro. De ahí que si no hay resurrección, como dice san Pablo, no tenemos esperanza (1 Corintios 15:16-18, 32). Pero Cristo venció a la muerte con su muerte (Hebreos 2:14-15).
1 Corintios 15:16-18, 32: Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; (17) y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. (18) Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. (32) […] Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.
Sin embargo, el espíritu diabólico “Isaías” niega también esta doctrina fundamental:
Ya que estamos,  hablemos de la Resurrección.
  De acuerdo. Voy a intentar aclarar  este tema porque en este punto hay un lío tremendo. Muchas de las cosas que se  han dicho de la resurrección son totalmente incorrectas.
  Si entendemos como resurrección la  supervivencia del espíritu después de la muerte del cuerpo, esto sí es  correcto. Pero el que después de la muerte el ser continúe viviendo no tiene  nada de extraordinario. La supervivencia del espíritu no empezó con Jesús, sino  que se ha producido siempre, ya que es una ley universal y ya hemos hablado de  ello ampliamente. Pero todas aquellas creencias que hablan de que para que el  espíritu viva ha de estar necesariamente ligado a un cuerpo y, concretamente,  al mismo cuerpo que ocupó durante la vida física, no son ciertas.
Pues hay ramas de  algunas iglesias cristianas que creen que la vida sólo es posible teniendo un  cuerpo físico, es decir, que no admiten la vida del espíritu después de la  muerte desligada del cuerpo. ¿Qué opinas al respecto?
  No es cierto que cuando el cuerpo  muere el alma quede indefinidamente en un estado como de sueño hasta que vuelva  a ocupar el mismo cuerpo que dejó. Esto es una de las falsas creencias que  existen sobre la resurrección. ¿Acaso no es evidente que, a  partir del momento en que se produce la muerte física, el cuerpo comienza un  proceso de descomposición hasta que llega un momento en el que no queda nada de  él? ¿Cómo puede creer alguien que sea posible que llegue el día en que para que  se vuelva al mundo físico se ocupe un cuerpo que ya no existe desde hace  siglos? ¿Acaso no es más fácil explicar el regreso de los espíritus fallecidos  a la vida física mediante la reencarnación, es decir, que el espíritu que ayer  vivió en la Tierra vuelva hoy como el niño que va nacer? Por tanto,  es falsa la creencia de que los muertos volverán a la vida física a través de  un proceso mágico de recomposición de cuerpos que ya desaparecieron por el  proceso de descomposición natural de la materia. Estos seres vuelven  continuamente a la vida material, pero lo hacen a través del nacimiento de  nuevos niños, sin quebrantar las leyes de la naturaleza.
Tampoco es cierto que el alma o espíritu  necesite de un cuerpo para vivir. Las almas no quedan en estado de sueño  indefinido hasta que vuelven a encarnar en el mundo físico sino que, como ya he  dicho, continúan su vida y su proceso evolutivo en el mundo espiritual,  desligados de la materia. Cuando Jesús murió y se dice que resucitó no  significa que su cuerpo volviera a la vida, sino que su espíritu continuó  viviendo.
  (Vicent Guillem, “Las Leyes  espirituales”, Págs. 229-230).
Destaco en negrilla, para seleccionar unos  argumentos de “Isaías”, que cuestionan la posibilidad de la Resurrección de los  muertos, apoyándose en el hecho evidente y obvio, de que los cuerpos de los  muertos se descomponen y desaparecen con el tiempo. El tal “Isaías” para ser un  espíritu tan evolucionado y elevado ignora totalmente que Dios existe, y que es  poderoso para recrear nuevos cuerpos gloriosos a los salvados, como Él ha  prometido, siendo “Cristo, las primicias;  luego los que son de Cristo, en su venida” (1ª Corintios 15:23).
   […]
¿Pero no ocurrió con  Jesús que fueron a su tumba sus allegados al tercer día después de su muerte y  no hallaron su cuerpo?
  En el caso de Jesús sucedió que, al  abandonar el espíritu el último lazo que lo unía con el cuerpo, y debido a la  enorme frecuencia vibratoria de su cuerpo astral, al desprenderse del cuerpo  físico provocó su desintegración inmediata, en un proceso que sí es  extraordinario para vosotros y que no ocurre en vuestro caso, de ahí que no  fuera encontrado el cuerpo de Jesús en la tumba. Este proceso de desintegración  dejó su huella en el lienzo que envolvía el cadáver de Jesús. Por eso, el no  haber encontrado su cuerpo en la tumba no quiere decir que Jesús continuara  viviendo con el cuerpo que tuvo en vida.
  […]
  ¿Y entonces cómo se  le apareció a los apóstoles, si es que realmente se apareció a ellos, después  de la muerte?
  Las apariciones posteriores a los  apóstoles u otras personas con las que convivió no se produjeron con el cuerpo  que utilizó en vida, sino que se apareció en forma de cuerpo astral, como se  aparecen muchos seres que han fallecido en los lechos de sus seres queridos  para despedirse, estando su cuerpo físico inerte en el lugar donde murieron, o  en el ataúd. Y es que un cuerpo astral, bajo ciertas circunstancias especiales,  puede “condensarse” hasta tomar la apariencia y la solidez casi de un cuerpo  físico, y más cuando se trata de un espíritu con la capacidad de Jesús, y esto  es conocido por muchos investigadores de los fenómenos que llamáis  “paranormales”.
¿Y tienen algún  sentido las afirmaciones proféticas del tipo “en el final de los tiempos los  muertos resucitarán”?
  Los espíritus de los seres ya  fallecidos están regresando continuamente al mundo físico a través de la  reencarnación. Es decir, no van a esperar a una supuesta época llamada  "final de los tiempos" para volver. La reencarnación de los espíritus  es un proceso que siempre está en marcha mientras haya una humanidad viva en un  planeta físico. Lo que sí es verdad es que en la actualidad, y debido a la  explosión demográfica, están encarnando simultáneamente mayor cantidad  espíritus que en otras épocas de la historia, coincidiendo con el final de un  ciclo, también para que estos espíritus tengan la oportunidad de encarnar en un  momento de gran importancia evolutiva. Es la única manera en la que se puede entender  la frase “en el final de los tiempos los muertos resucitarán”.
  (Vicent Guillem, “Las Leyes espirituales”,  Pág. 231-232). 
Sin comentarios. Para el espíritu “Isaías”, esta “Es la única manera en la que se puede entender la frase ‘en el final de los tiempos los muertos resucitarán’”.
Para que este artículo no resulte exhaustivo, no seguiré presentando declaraciones falsas de este personaje, pues son muchas las que contiene el libro “Las leyes espirituales”. Sin embargo, no me resisto a presentar otra mentira o falsa afirmación de este ser espiritual, que evidencia cada vez más que se trata del “padre de mentira”, al que se refirió Jesucristo en Juan 8:44
Juan 8:44: Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
Leamos primero la afirmación que descaradamente contradice la Palabra de Dios. Pues está dice claramente que Lázaro estaba muerto de cuatro días, y que su cuerpo ya hedía (Juan 11:11-14, 17, 39,43-44).
Pero un cristiano te  diría que, según los Evangelios, Jesús hizo “resucitara Lázaro” y éste  siguió viviendo un tiempo más con su cuerpo. ¿No es esto una prueba de la  “resurrección de la carne”?
    Jesús no resucitó a Lázaro, porque  Lázaro en realidad no estaba muerto todavía. En realidad, lo que hizo Jesús fue  reanimarlo, y esto no os tiene que resultar nada milagroso por otra parte, ya que  hoy en día con las técnicas de reanimación cardiaca los médicos consiguen  “resucitar” a personas consideradas clínicamente muertas. ¿No habéis oído  hablar de casos excepcionales en los que personas que han sido dadas por  muertas después de unas cuantas horas en un depósito de cadáveres despiertan  repentinamente y vuelven a la vida? Y es que la separación del cuerpo físico no  se produce instantáneamente cuando sobreviene una parada cardiorrespiratoria,  de lo contrario sería imposible la reanimación cardiaca. Requiere un tiempo,  que es más o menos largo, según el apego del espíritu a la materia o de la  vitalidad del propio cuerpo físico cuando se inicia el proceso de separación,  pero al menos puede durar dos o tres días, culminando con la ruptura definitiva  del cordón de plata. Si Jesús pudo reanimar a Lázaro con la potencia de su  energía fue sencillamente porque Lázaro no había completado un proceso de  desencarnación y pudo revertirlo, como hacen los médicos actualmente
    (Vicent Guillem, “Las Leyes espirituales”,  Pág. 230-231). 
Cada cual es muy libre de dar su credibilidad a la Palabra de Dios, o por el contrario a lo que afirma este u otro espíritu. La Biblia, no obstante, nos aconseja “Probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1ª Juan 4:1). Ahora leamos la Palabra:
Juan 11:11-13, 17: Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. (12) Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. (13) Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. (14) Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; […] (17) Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.
Juan 11:23-27: Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. (24) Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. (25) Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. (26) Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? (27) Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Juan 11:39-44: Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. (40) Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? (41) Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. (42) Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. (43) Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! (44) Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
Jesús dijo: “Lázaro ha muerto” (Juan 11:14). El espíritu “Isaías” contradice al Señor Jesús cuando afirma: “Jesús no resucitó a Lázaro, porque Lázaro en realidad no estaba muerto todavía. En realidad, lo que hizo Jesús fue reanimarlo” (Vicent Guillem, “Las Leyes espirituales”, Pág. 231).
¿Quién creemos que dice la verdad: Jesucristo o el espíritu “Isaías”?
Si con las pruebas aportadas anteriormente aún nos quedan dudas, recomiendo leer alguno de los siguientes artículos, que exponen con detalle los textos y argumentos bíblicos que prueban que Jesucristo resucitó corporalmente, y que los justos salvados serán resucitados cuando Él venga en gloria al final del mundo (1ª Tesalonicenses 4:13-18).
¿Resucitó Jesucristo  en espíritu? 
    ¿Apoya la Biblia que  hay vida consciente después de la muerte? 
    ¿Tenía el pueblo de  Israel esperanza en la Resurrección? 
    ¿Serán simultáneas  las resurrecciones de vida y de juicio? 
    ¿Los que mueren pasan  a mejor vida? 
    ¿Podemos confiar en  la veracidad de los Evangelios? 
    ¿Viven los espíritus  de los muertos en el Seol? 
    ¿Habrá dos  resurrecciones distanciadas por un tiempo de mil años? 
    El Reino de Cristo,  el Milenio y la Muerte segunda 
    ¿Cómo se puede probar  la inspiración Divina de la Santa Biblia? 
    ¿Qué es el Infierno,  el Seol o Hades y la segunda Muerte? 
    Probad los espíritus  si son de Dios 
    Por qué Cristo es el  único que puede salvarnos de la muerte 
  ¿Qué muerte sufrió  Jesús en la cruz la primera muerte o la segunda? 
5. Conclusión
A lo largo de este artículo he tratado de discernir lo verdadero de lo falso. Para ello me he basado en la Biblia, puesto que creo que ésta es la Revelación de Dios para la salvación de la Humanidad. Es nuestro “Manual para la vida”, y el único libro con autoridad sobre temas espirituales. Por tanto, todos los libros que hablen de estos temas existenciales, como la vida y la muerte, el propósito de la vida, la existencia de Dios y otras criaturas espirituales, buenas y malas, como los ángeles santos y los caídos, o la existencia de otros seres en otros mundos avanzados que nunca pecaron, etc., deben siempre ser contrastados con la fuente de toda verdad que es la Palabra de Dios. De no hacerlo así, corremos el riesgo de ser engañados por “el príncipe de este mundo” (Juan 12:31), “el padre de mentira” (Juan 8:44), que es el diablo o Satanás y sus demonios.
La filosofía y doctrinas espirituales que se exponen en el libro “Las leyes espirituales” son prácticamente coincidentes con las del espiritismo, según fueron recogidas por Allan Kardec(4), su más insigne espiritista, quien, mediante una laboriosa investigación, plasmó lo esencial de las revelaciones de los espíritus, en varios libros, sistematizando las bases y doctrinas del espiritismo y de sus fenómenos paranormales. Al respecto, debo decir que este tema lo desarrollé recientemente en un artículo-conferencia que titulé: “El espiritismo y sus fenómenos paranormales a la luz de la Biblia”.
Antes de concluir, debo afirmar que no todo el contenido del libro “Las leyes espirituales es falso sino que también he encontrado declaraciones verdaderas, que en justicia constato, las cuales puedo suscribir, como son las siguientes aseveraciones:
“Hay  verdades mezcladas con falsedades prácticamente en todas las religiones,  filosofías e ideologías que existen. A cada uno le corresponde el trabajo de  encontrar la verdad, su verdad, tomando un poco de aquí y otro de allí, aquello  que su interior reconozca como verdadero y que le pueda servir para  evolucionar”.
  (Vicent Guillem,  “Las Leyes espirituales”, Pág. 231).
Por supuesto, que esta verdad debe ser aplicada también al libro de Vicent Guillem, “Las Leyes espirituales”. Veamos que de las once creencias cristianas que enumera en la página 211 de su libro, afirmando que son falsas, en mi opinión, –según interpreto la Biblia– todas son verdaderas, menos cinco, que presento a continuación:
¿Podrías enumerar  algunas de las creencias cristianas que no son verdaderas desde el punto de  vista espiritual y que son añadidos posteriores a Jesús? (Vicent Guillem) 
  Sí. Hay  muchas, pero me referiré a las que considero más importantes y más  perjudiciales para el avance espiritual. (Isaías).
[Creencias falsas (coincido con Isaías)]
1) La  creencia en que la práctica de rituales tiene algún valor moral o espiritual y  que sirve para ganarse algún lugar privilegiado en el cielo después de la  muerte.
  3) La  creencia en que la iglesia y los sacerdotes son los intermediarios de Dios en  la Tierra.
  4) La  creencia en que la solución a las malas acciones necesita y se resuelve con la  confesión y la absolución del sacerdote.
  8) La  creencia en que la sexualidad es algo pecaminoso.
  10) La  creencia de que sólo los cristianos o creyentes se salvan.
  (Vicent Guillem,  “Las Leyes espirituales”, Pág. 211-212).
[Creencias, en mi opinión y según la Biblia, verdaderas (Isaías afirma que son falsas)]
2) La creencia en que la Biblia o cualquier escritura sagrada es la palabra de Dios.
[Debo matizar: “Isaías” tiene razón en que cualquier escritura sagrada no es la Palabra de Dios]
5) La  creencia en que un arrepentimiento de última hora redime los pecados.
  6) La  creencia en que Jesús redimió los pecados de los hombres con su muerte en la  cruz.
  7) La  creencia en el pecado original.
  9) La  creencia en que en una sola vida se decide el destino del espíritu por toda la  eternidad (el cielo y la gloria eterna para los que se salvan y el infierno y  el castigo eterno para los pecadores).
  11) La  creencia en la resurrección de la carne.
  (Vicent Guillem,  “Las Leyes espirituales”, Pág. 211-212).
Por tanto, se confirma que siempre podemos encontrar verdades mezcladas con falsedades, como muy bien dice el “bueno de Isaías”.
Sin pretender ser exhaustivo, todavía puedo transcribir otras afirmaciones de este personaje, con las que concuerdo o coincido prácticamente, aunque alguna pueda necesitar alguna matización, pero en general considero que se ajustan a la verdad, según el espíritu de la Biblia, y son las siguientes:
También has dicho que  la creencia de que la Iglesia y los sacerdotes son los intermediarios de Dios  en la Tierra no es correcta.
  Así es.
¿En qué te basas para  decir esto?
  Creo que si  leemos correctamente la relación que tuvo Jesús con las castas sacerdotales de  su época llegaremos a la conclusión de que jamás tuvo Jesús intención de que se  creara una casta sacerdotal y una jerarquía como la que la Iglesia Católica ha  creado, que es una copia bastante fiel de la Iglesia hebrea de aquellos  tiempos.
Él vino a  enseñar que cada uno tiene su propia conexión con Dios, y a destruir la falsa  idea de que sólo a través de los sacerdotes puede uno contactar con Dios.
De hecho,  una buena parte de la predicación pública se la pasó Jesús lidiando con los  sacerdotes hebreos que veían en él un serio competidor, que no hacía más que  ponerlos en evidencia. Y tenían razón, porque Jesús no paró de repetir de  diversas formas, una y otra vez, el siguiente mensaje: “Oíd, esta gente no son  los intermediarios de Dios, porque están más ocupados en mantenerse  económicamente a costa de vosotros que en proporcionar una ayuda espiritual  adecuada. Os han liado con sus leyes absurdas. No los necesitáis. Lo único que  vale para entrar en el reino de Dios es amar”.
Este mensaje fue captado por las castas sacerdotales y, viendo que si la gente tomaba conciencia se iban a quedar en el paro, actuaron en consecuencia, y lo mataron.
¿Y por qué la Iglesia  Católica ha acabado pareciéndose tanto a la hebrea?
  Al principio  no fue así, porque para ser seguidor del mensaje de amor de Jesús tenías que  estar muy convencido, ya que te estabas jugando el pellejo en cada momento, con  las continuas persecuciones a las que estaban sometidos los cristianos, tanto  por los judíos primero como por los romanos después. Pero viendo los poderosos  que, a pesar de sus esfuerzos por eliminar a los seguidores de aquella  filosofía tan perniciosa para sus intereses egoístas, no paraba de crecer el  número de adeptos, optaron por la estrategia de “si no puedes con el enemigo,  únete a él”. A partir de la conversión del emperador Constantino, que decreta  la conversión al Cristianismo de todo el Imperio Romano, entran a ser  cristianos un montón de gente por la fuerza, y no por la creencia en el  mensaje. Y, al ser los cristianos forzosos mayoría, lo estropearon todo. Ahí se  acabó el amor al prójimo. Los antiguos sumos sacerdotes de los cultos anteriores  y sus fieles se cambiaron de chaqueta y se pasaron al Cristianismo sin ninguna  transformación espiritual y empezaron a ocupar los cargos importantes. Porque  no creeréis que los ex sumos sacerdotes de los cultos anteriores iban a  soportar ser uno más de los creyentes. Querían mantener su cuota de poder. Así  que cambiaron el gorro de sumo sacerdote por el de obispo de la Iglesia  Cristiana. Ni siquiera se cambiaron de gorro, porque hasta el gorro del Papa y  los obispos, la mitra, viene de otra religión. Se le llama así porque lo  llevaban los sacerdotes del antiguo culto a Mitra, una de las divinidades  adoradas por los romanos. Adaptaron al Cristianismo muchos los rituales de sus  religiones anteriores y adulteraron el mensaje de amor al prójimo original con  otras ideas contrarias a este mensaje. Y así nació la Iglesia Católica. Como  Jesús hubiera dicho, no se puede ser servir a Dios y al dinero al mismo tiempo,  y la Iglesia Católica, como la hebrea de hace 2000 años, desde casi el  principio, ya tomó partido por lo segundo.
Entonces, la  infalibilidad del Papa y que sea el representante de Dios en la Tierra...
  Todo es  falso, claro. Se puede equivocar tanto como cualquier humano. Su conexión con  el mundo espiritual no tiene ningún privilegio respecto a cualquier otra  persona. La conexión con la espiritualidad superior se hace cada vez más fuerte  con el trabajo personal de amor incondicional, no por la concesión de ningún  título terrenal, por muy magnánimo que este sea.
¿Y de dónde procede  pues esta idea?
  Como ya he dicho,  de los propios jerarcas de la Iglesia. Es una manera de justificar sus actos,  que generalmente estaban movidos por la ambición de poder y de riquezas, para  que nadie les discutiera. Si eran capaces de convencer a la gente de que ellos  eran imprescindibles para la salvación, podrían vivir a costa de los feligreses  sin que nadie pudiera cuestionar sus actos, ya que siempre podían amenazarles  con la “condena eterna” si no cumplían “los designios de Dios”, es decir, si no  acataban las órdenes de “los representantes de Dios”, o sea, de ellos mismos. 
  (Libro “las  leyes espirituales”, págs. 225-226 de Vicent Guillem)
Como ya vimos al principio de este artículo, la Palabra de Dios no apoya, en absoluto, que exista la reencarnación de espíritus en cuerpos humanos, sino que es en una sola vida cuando se decide el destino del ser humano: vida eterna para los salvados, y muerte o destrucción eterna para los condenados. Solo existen dos muertes. La primera no es considerada muerte por la Biblia, sino como un sueño, provisional hasta la Resurrección, y una segunda muerte verdadera, definitiva y eterna, solo para los malvados, que dejarán de ser para siempre. Por tanto, ningún ser creado es inmortal. Solo Dios es inmortal (1ª Timoteo 6:16). Los siguientes versículos son claros:
Hebreos 9:27-28: Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, (28) así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
Apocalipsis 21:8 (ver también 2:11; 20:14): Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Para mí y para todos los que creen que la Biblia es la revelación de Dios para la salvación de la Humanidad, la existencia de los espíritus es tan cierta como la de Dios; por tanto, lo considero un hecho, que la Biblia no solo confirma sino que nos previene contra las asechanzas del diablo y los ángeles caídos o demonios, y de cómo podemos defendernos para no ser victimas de sus engaños. Por tanto, seremos sabios si atendemos a los siguientes consejos de la Palabra inspirada, que el apóstol san Pablo nos revela en la epístola a los Efesios, en el capítulo seis.
Efesios 6:11-18: Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. (12) Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (13) Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. (14) Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, (15) y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. (16) Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. (17) Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; (18) orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
1 Pedro 5:8: Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
2 Tesalonicenses 2:7-12: Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. (8) Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; (9) inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, (10) y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. (11) Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, (12) a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Apocalipsis 16:14: pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
La Biblia nos desvela quiénes son realmente los espíritus con los que se establece comunicación en las sesiones de espiritismo.
Apocalipsis 12:7-9: Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; (8) pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. (9) Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Apocalipsis 16:14: pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
Las personas que creen, de buena fe, que han hablado con algún espíritu de alguien fallecido, o han oído voces de ultratumba, así como los médiums, y los que practican el espiritismo, son victimas de un terrible engaño. En realidad, ellas se han puesto en contacto con espíritus de demonios, y pueden llegar a ser totalmente poseídos por ellos. Debido a que este peligro es real como la vida misma, Jesús y los apóstoles nos advierten constantemente del riesgo que corremos si no seguimos sus sabios consejos de prevención y evitando todo tipo de contacto o relación con el espiritismo y sus fenómenos. Sus consejos y advertencias son claros como evidencian los muchos textos citados en este artículo. Para terminar solo me gustaría que recordásemos ahora, el siguiente texto de San Pedro, porque con una imagen tan expresiva –“como león rugiente”–, nos avisa que el peligro es real, y todos estamos expuesto a él:
1 Pedro 5:8: Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
A continuación proporciono una relación de artículos publicados en la sección de Antropología bíblica de www.amistadencristo.com, y que, basados en la Biblia, prueban que la primera muerte es como un sueño, y que después de ésta no hay vida consciente hasta la Resurrección en el día de la Segunda venida en gloria de Jesucristo.
Las cuestiones planteadas anteriormente se desarrollaron más ampliamente en los siguientes artículos:
¿Los que mueren pasan a mejor vida?
El pecado original, sus consecuencias y su solución
Estudio 1. Sobre el estado de los muertos
2. Objeciones sobre el estado inconsciente de los muertos: El Rico y Lázaro.
3. Objeciones sobre el estado inconsciente de los muertos: el rey Saúl y la pitonisa de Endor
¿Fue Jesús al paraíso el mismo día que murió en la cruz o fue al Hades?
¿Existe vida humana consciente fuera del cuerpo después de la muerte
Carlos Aracil Orts
    www.amistadencristo.com
Si deseas hacer algún comentario a este estudio, puedes dirigirlo a la siguiente dirección de correo electrónico: carlosorts gmail.com
gmail.com
Referencias bibliográficas
* Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.
(1) En el siguiente artículo –¿Apoya la Biblia que hay vida consciente después de la muerte?– trato, de pasada, el tema de Elías y de la resurrección de Moisés.
(2) Me ha parecido interesante lo que el espíritu “Isaías” afirma acerca del Reiki. Claro que viniendo de él, hay que llevar cuidado, y saber discernir, entre la verdad y la mentira. Pues, como él mismo dice, suele estar mezclada. Lo que se presenta a continuación pertenece al libro “Las Leyes espirituales”, Págs. 200-203. De Vicent Guillem (libro en PDF).
¿Puedes exponer qué es  el “Reiki”?
  El Reiki es un método  de sanación natural que utiliza la energía vital universal, la cual ayuda a  sanar enfermedades, físicas y mentales. Reiki es el nombre que le puso el  sacerdote japonés que lo redescubrió y significa energía vital universal.  Aunque ahora se ha popularizado con este nombre o con el nombre de  bioenergética, la transmisión de energías para mejorar la salud se ha utilizado  desde hace miles de años
  con diversos nombres,  como pase magnético o prana. Es la imposición de manos de Jesús, la “cura de  gracia”..
¿En qué se basa el  Reiki?
  La práctica del Reiki  se fundamenta en un emisor o canal que, mediante sus manos, es capaz de  transmitir energía vital a un receptor, que puede ser él mismo u otro ser vivo  (humano, animal o planta) con el fin de paliar o eliminar molestias y  enfermedades. El Reiki actúa a nivel del cuerpo astral, contribuyendo a  eliminar bloqueos energéticos provocados por los malos hábitos psíquicos, pero  también en el caso de molestias de origen enteramente físico como traumatismos  e intoxicaciones, reactivando el flujo energético en las zonas dañadas y contribuyendo  a paliar los dolores, y a acelerar el proceso de regeneración del tejido. El  conocimiento de la constitución del cuerpo astral, los flujos de energía, los  chakras y las relaciones entre los problemas emocionales y el lugar físico que  se ve afectado, ayuda a colocar las manos en la posición correcta para que el  flujo energético en las zonas dañadas se reactive.
Pero la energía  curativa, ¿de dónde proviene, del emisor, del Universo?
  La energía vital se  encuentra en todos los rincones del Universo y el pasador de Reiki intenta  concentrarla y dirigirla hacia la persona que la necesita. A veces, el pasador,  si por alguna razón no la consigue movilizar de su entorno, puede ceder su  propia energía vital. También hay que  tener en cuenta que muchas personas cuentan con la ayuda de entidades  espirituales concretas que les ayudan en la transmisión de energías,  potenciando enormemente su capacidad. Se puede decir aquí que el trabajo más  consciente lo hacen los espíritus y que el pasador de Reiki actúa como un  instrumento para que los espíritus terapeutas puedan acceder al plano  físico-energético.
¿Y qué razones puede  haber para que uno dé su propia energía?
  Sobreesfuerzo. Falta  de concentración, falta de relajación, falta de voluntad desinteresada de  ayuda, malos hábitos psíquicos y físicos. Si así ocurre después de una sesión  de Reiki, el pasador se encontrará
  abatido, falto de  energía e incluso podrá reproducir algunos de los síntomas del malestar del  receptor.
¿Qué se necesita para  poder practicar Reiki?
  Mirad, lo más  importante para que el Reiki funcione es la voluntad del emisor en ayudar a sus  semejantes y un nivel vibratorio del cuerpo astral elevado, que se consigue con  la practica del amor. También es importante la buena predisposición del  receptor a recibir energía y esto se basa en la confianza y la sinceridad. Si  una persona no está predispuesta a recibir la energía, porque no cree que sea  posible o
  desconfía del emisor,  o porque no está dispuesto a hacer cambios en pro del amor y en renuncia del  egoísmo, sus chakras estarán cerrados y, por muy potente que sea el emisor, la  energía no penetrará. Es
  semejante a lo que  ocurre con la radio, que para poder escuchar un programa hace falta una buena  emisora con potente señal, pero también que encendamos el receptor de radio y  lo sintonicemos en la
  frecuencia correcta. A  partir de ahí, y como ocurre con el deporte, la práctica continuada va haciendo  que cada vez la capacidad de transmisión de energía aumente y sea de mayor  vibración. Con la voluntad de ayuda desinteresada siempre se consiguen los  mejores resultados. Además, también la limpieza a nivel físico, contribuye a  que la energía no disminuya su vibración cuando pasa por el canal. Ello implica  una dieta vegetariana, y la ausencia de consumo de substancias perniciosas para  el organismo como alcohol, tabaco y cualquier otro tipo de droga.
¿Es verdad que para  poder transmitir energía te tiene que haber abierto los chakras algún maestro  iniciado en Reiki?
  No. La capacidad de transmisión  depende de la capacidad evolutiva del espíritu, de su voluntad de ayudar a los  demás y de la práctica. Cuanto más desinteresadamente actúe, mayor ayuda de  parte del mundo espiritual tendrá. La función de un maestro es la de ayudar a  que el alumno desarrolle sus potencialidades, pero también uno puede ser autodidacta.  Como en el deporte, con la práctica se aumenta la capacidad, y con la voluntad  de ayudar a los demás se recibe la ayuda del mundo espiritual que necesita, ya  que es en el mundo espiritual donde están los auténticos maestros de la  transmisión de energías.
Pues he oído hablar de  que existen cursos que te cobran por adquirir niveles de Reiki. ¿Qué opinas al  respecto?
  Que es un negocio como  lo fue la bula de indulgencias, que te prometía un lugar en el cielo con  escritura y todo a cambio de dinero. 202
¿Por qué si el primero  que lo redescubrió (Usui) lo hizo gratis, los que vinieron después de él se  pusieron a cobrarlo? Lo repito, no hace falta que nadie te inicie para empezar  a hacer Reiki, y menos alguien que te pide dinero a cambio, por mucha pompa y  renombre que tenga, porque si trata de ganar dinero con ello no es alguien tan  elevado como dice ser. Un maestro verdadero no cobra por algo que no le pertenece,  sino que es su transmisor, ni se hace llamar maestro, porque es humilde. Ahí  tenéis el ejemplo de Jesús, que sanó a mucha gente con la energía y enseñó a  hacerlo a sus discípulos y jamás le cobró a nadie.
¡Pero además hay gente  que cobra, ya no por los cursos, sino por las sesiones de Reiki! ¿Qué opinas al  respecto?
  Lo que a uno se le da  gratuitamente, es decir, la energía universal, que no es patrimonio del que la  transmite, y se le permite utilizar sin cobrarle, lo ha de dar de la misma  manera. Los que cobran por el Reiki contarán con su energía y la que consigan  reunir de su entorno con su propio esfuerzo. Pero que no esperen la ayuda de  entidades espirituales de alta vibración, porque para sintonizar con ellas hace  falta limpieza de corazón y voluntad desinteresada de ayudar al prójimo, y el  que cobra por el Reiki ya no tiene voluntad desinteresada, sino interesada en  sacar partido económico de su práctica.
Bueno, pero muchos  dicen que no es por ganar dinero sino que, al dedicar tiempo para el Reiki, se  lo quitan al trabajo remunerado y necesitan vivir de algo.
  Pues entonces que no  intenten vivir de la transmisión de energías. Se puede tener un trabajo  remunerado en otra actividad que sirva para mantenerse económicamente y luego  practicar Reiki en el tiempo libre.
  Es cuestión de voluntad.  Pero además ocurre que muchos de los que cobran por el Reiki no buscan sólo  mantenerse, sino enriquecerse a su costa, porque tienen unas tarifas que más  que limpiar el aura, limpian el bolsillo a los incautos que caen en sus manos.  Como el propio Jesús dijo: “Dad a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es  del César”. Si necesitáis manteneros materialmente buscad hacerlo con un  trabajo material, no con un trabajo espiritual. No mezcléis el dinero con la espiritualidad  porque la ensuciáis. ¿O acaso los guías espirituales os cobran a vosotros por  la ayuda que os prestan? Pues si ellos no lo hacen, seguid su ejemplo, y no lo  hagáis vosotros tampoco. Y si creéis que tenéis licencia para cobrar porque la  capacidad procede de vosotros mismos, pues eso es lo que tendréis, que  contaréis sólo con vuestra propia energía. Tenedlo claro, “no se puede servir a  Dios y al dinero al mismo tiempo” o, traducido al lenguaje actual, no se puede  servir al amor y al  egoísmo al mismo  tiempo, porque son conceptos antagónicos e incompatibles.
También hay otros que  dicen que se trata de un intercambio y a cambio de recibir energía uno ha de  dar algo a cambio, sea dinero u otra cosa.
  Entonces son personas  que no conocen o no quieren conocer el amor incondicional, el dar a cambio de  nada. No son buenos ejemplos a  seguir,  aunque se intenten revestir externamente de apariencia espiritual. Si este tipo  de cosas no se tienen en cuenta, al final, con el movimiento de resurgimiento  espiritual pasará lo mismo que ocurrió con el cristianismo, que unos cuantos se  autoerigirán en sumos maestros de los demás y empezarán a controlar y manipular  las enseñanzas para satisfacer sus ansias de riqueza y poder.
¿Pero entonces el  Reiki de pago funciona o no?
  Puede funcionar, pero  siempre se conseguirán resultados mucho más pobres que con el Reiki gratuito.  Depende de la voluntad de ayudar. En la mayoría habrá una mezcla de  sentimiento, voluntad de ayudar a los demás y de egoísmo, querer hacerlo a  cambio de algo. Lo bueno que se gana por el sentimiento se pierde por el  interés. Tened clara una cosa: el egoísmo no es curativo, porque busca recibir  antes de dar. Las personas entregadas al egoísmo no pueden ayudar a los demás simplemente  porque no quieren. Que analicen si lo que hacen es por ayudar a los demás o  simplemente quieren utilizar a los demás para engrandecerse ellos mismos, o  para solventar sus necesidades o expectativas materiales. ¿Por qué creéis que  Jesús era tan buen pasador de energía y podía conseguir resultados tan  formidablemente potentes y rápidos que fueron considerados milagros? Porque era  un espíritu que había llegado a sentir el amor incondicional, y la manifestación  de ese amor en el plano energético es la energía de alta vibración, que tiene  el poder de sanar las heridas físicas y espirituales. A muchos les gustaría  poder llegar a hacer lo que Jesús hizo, pero les falta lo esencial: amar  incondicionalmente, renunciar al egoísmo, a la vanidad, al orgullo, a la  soberbia. ¿Queréis hacer lo que Jesús hacía? Entonces dejad de pasar el plato  cada vez que hagáis algo por los demás. Si Jesús hubiera cobrado por hacer lo  que hacía, sencillamente no lo hubiera podido hacer, porque ni hubiera sido un  ser elevado ni hubiera tenido la asistencia de espíritus elevados.
  (Vicent Guillem, “Las Leyes  espirituales”, Págs. 200-203).
(3) Para averiguar la diferencia entre el don del Espíritu Santo, y el poder milagroso del mismo que fue dado solo a los apóstoles de la Iglesia primitiva, se recomienda leer los siguientes artículos en www.amistadencristo.com:
¿Qué es el Bautismo del Espíritu Santo? 
    ¿Qué es la unción del  Espíritu Santo? 
    ¿Cuándo recibe un  cristiano el Espíritu Santo? 
    ¿El Bautismo en agua  salva? 
  La importancia del  Bautismo y su relación con la Salvación 
(4) Médico de  profesión, Allan Kardec (1804-1869), cuyo verdadero nombre es Hipólito Léon  Denizard Rivail, es el introductor del espiritismo en Francia. Es al  mismo tiempo, el inventor del término actual que se prefirió al de  espiritualismo. En 1850, Kardec estudia el fenómeno por intermedio de dos hijas  de un amigo, ambas médiums. Publica en 1856 El libro de los espíritus,  síntesis de numerosas "comunicaciones" con el más allá. Este libro  tuvo mucho éxito. Luego funda, en 1856, la Sociedad de estudios psicológicos y, algunos años más tarde, la Revista espiritista. Sus conferencias en  París y en provincia lo vuelven sumamente célebre; el propio emperador Napoleón  III gusta de conversar con él. 
    
    Según Kardec, el hombre evoluciona espiritualmente gracias a una serie de  reencarnaciones. El mismo habría elegido el pseudónimo Kardec, después de  enterarse, por un espíritu, que había vivido antaño en Galia con ese nombre.  Antes de encarnarse en un cuerpo, el alma poseería, según él, su propia  individualidad y la conservaría después de separarse del cuerpo.
 http://www.taringa.net/posts/paranormal/11480700/Fenomenos-Paranormales.html
  
  Carlos Aracil Orts
  www.amistadencristo.com 
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